SOBRE EL USO DE TECNOLOGÍAS Y DE CIRCUITOS NEURONALES

30 Octubre 2019

El cerebro prefiere escoger las rutas de menor resistencia, es decir, esos circuitos dominantes

Autor: Leda Muñoz García,Directora Ejecutiva de la Fundación Omar Dengo

Publicado: El Financiero

La neuroplasticidad es una propiedad fundamental del cerebro para la sobrevivencia del ser humano, necesaria para aprender, adaptarnos a nuestro entorno cambiante, desarrollar nuevas habilidades, y tener “rutas y protocolos de acción” listas para proceder rápidamente cuando se necesiten. Pascual-Leone plantea que es un mecanismo que nos permite escapar a las restricciones de nuestro propio genoma.

Esta extraordinaria capacidad hace que cada acción que ejecutamos y repetimos se vaya convirtiendo en una especie de circuito neuronal dominante, mientras que los circuitos que dejamos de usar se van debilitando. El cerebro prefiere escoger las rutas de menor resistencia, es decir, esos circuitos dominantes, los cuales no necesariamente son las rutas de mayor calidad de pensamiento, solo las de más uso. He aquí la importancia de nuestras rutinas.

Un ejemplo clásico es el estudio realizado con la comunidad de taxistas de Londres, quienes con la práctica lograban tener un gran conocimiento de las calles de la ciudad, construyendo un detallado mapa mental. Resulta que el hipocampo de estas personas (la zona del cerebro responsable de funciones como la memoria espacial), iba cambiando funcional y anatómicamente con la experiencia. Cuantos más años de recorrer la ciudad, mayor era el hipocampo, diferenciándose del ciudadano promedio.



Nuevos estudios en gente joven que aprendió a movilizarse por la ciudad mediante la ayuda de un GPS, siguiendo instrucciones audiovisuales que no requieren de un esfuerzo mental de orientación espacial (reconocer, memorizar, etc.), muestran hipocampos reducidos, indicando un debilitamiento de estas funciones. Los dispositivos de navegación ampliaron nuestra habilidad de movilizarnos y nos permiten llegar a cualquier lugar, pero al mismo tiempo podrían estar disminuyendo nuestras capacidades de exploración y de hacer mapas mentales, con repercusiones incluso en la generación de recuerdos pues con frecuencia estos tienen un anclaje espacial.


Corolario: El uso que demos a la tecnología tiene consecuencias, el uso que demos al cerebro también.

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